¿Alguna vez has subido a una montaña alta y has disfrutado de la vista panorámica desde la cima? En esos momentos, puedes sentirte más cerca de Dios al observar la belleza de Su creación desde lo alto. Pero, ¿alguna vez has aplicado esta perspectiva en tu vida cotidiana?
Imagina que la vida es como una montaña. A veces, estamos atrapados en el pie de la colina, mirando hacia arriba y sintiéndonos abrumados por los desafíos y obstáculos que enfrentamos. Pero de ahí puedes tomar la decisión de cambiar tu perspectiva.
Desde lo alto de esa montaña, Dios ve todo el panorama. Él conoce el camino que debes seguir, incluso cuando no lo ves claramente. Cuando enfrentas dificultades, puede ser difícil entender por qué están sucediendo. Sin embargo, desde la perspectiva de Dios, todo tiene un propósito.
La Biblia nos recuerda en Romanos 8:28: “Y sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman, y son llamados según su propósito”. Esto significa que, incluso en medio de las pruebas, Dios trabaja para nuestro bien y tiene un plan divino para nuestras vidas. Y los planes que Dios tiene para ti son siempre buenos, para darte un futuro y una esperanza.
Así que, la próxima vez que te sientas abrumado o perdido en la base de la montaña de la vida, recuerda elevar tu perspectiva. Busca a Dios en oración y confía en que Él tiene un propósito en medio de lo que enfrentas. A medida que te acerques a Él y le conoces, aprendes a ver desde Su punto de vista, encontrarás consuelo y dirección en tu travesía.
En resumen, la vida desde una perspectiva de fe nos enseña a confiar en Dios, incluso cuando las cosas son difíciles, sabiendo que Él tiene un plan para nuestro bienestar. Así que, ¡eleva tu mirada y confía de que Dios esta trabajando a tu favor!
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